Colombia estuvo nublada en lo colectivo y sin reacción en lo individual
Ahora deberá conformarse con la pugna por el tercer lugar de la Copa América del Centenairo.
Colombia pagó caros el nerviosismo con el que saltó a la cancha del Soldier Field de Chicago y sus errores defensivos en los primeros once minutos de la semifinal de la Copa América, lo que le impidió inquietar al arco de Chile, que la superó merecidamente.
Al equipo de José Pekerman se le nublaron las ideas y la noche en Chicago -con tormenta eléctrica y suspensión por mal tiempo incluida- se le hizo eterna. El temporal que fue la Roja en esos once minutos la arrasó y la envió a Phoenix a disputar el tercer puesto con Estados Unidos.
Chile hizo dos goles con Charles Aránguiz, en el minuto 7, y José Pedro Fuenzalida, en el 11, para noquearla y avanzar a la final del domingo contra Argentina.
La selección colombiana no funcionó en lo colectivo y sus laterales Frank Fabra y Santiago Arias fueron consumidos por el nerviosismo. Precisamente sus errores y el de Juan Guillermo Cuadrado sentenciaron rápidamente el encuentro del miércoles.
Tampoco tuvieron jugadores que resolvieran en lo individual ya que ni James Rodríguez ni Roger Martínez y mucho menos Edwin Cardona fueron capaces de crear alguna genialidad para acortar distancias.
Los últimos quince minutos del primer tiempo fueron los mejores del conjunto de Pekerman, pero llegaron el pitido del árbitro salvadoreño Joel Aguilar, de regular actuación, y la tormenta que tuvo el partido suspendido durante más de dos horas.
Ganas sobraban, como las de Daniel Torres y Carlos Sánchez, pero faltaron fútbol y talento en una selección que además perdió en el arranque del segundo tiempo a 'la Roca' Sánchez por doble amarilla.
Además, la reanudación del partido después de dos horas y cuarto afectó mucho más a Colombia que a Chile, que se dedicó a manejar sin afanes el resultado a favor.
Colombia se quedó a las puertas de su segunda final en una Copa América por arrancar muy mal y pagar con dos goles sus errores defensivos ante una Roja que no perdona.
Después, no le bastó el esfuerzo para siquiera descontar en una cancha encharcada como las ideas de sus jugadores.
Ahora le queda luchar contra la anfitriona por el tercer lugar que ya ha obtenido en las ediciones de 1987, 1993 y 1995 y tratar de enderezar el camino en las eliminatorias sudamericanas rumbo a Rusia 2018.
EFE